LA COLUMNA DEL INFIERNO
Era muy común, ver a la gente sacar una peseta o dos reales (moneda de 50 céntimos de la época) y frotar la columna. Esto hizo que tuvieran que protegerla con un escudo de metacrilato debido a la erosión que debilitaba la columna. Pero científicamente esta demostrado, que algunos carbonatos o sulfatos producen ese característico olor al frotarlos.
Pero aparte de esta columna, existían otras que también recibieron agresiones, pero por de diferentes motivos. Se decía que eran curativas y había fieles que arrancaban trozos para llevárselas a casa y curar a sus enfermos.
Historias y leyendas de la Mezquita-Catedral, que corren de boca en boca, generación tras generación.
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Me encantó!! Preciosa !!!
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