LA CADENA DEL MIHRAB
VISTA DEL MIHRAB DE CÓRDOBA
Se cuentan varias leyendas sobre la cadena del Mihrab, yo os voy a contar, la que de niño me contaban a mi.
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Era muy común, ver a la gente sacar una peseta o dos reales (moneda de 50 céntimos de la época) y frotar la columna. Esto hizo que tuvieran que protegerla con un escudo de metacrilato debido a la erosión que debilitaba la columna. Pero científicamente esta demostrado, que algunos carbonatos o sulfatos producen ese característico olor al frotarlos.
Pero aparte de esta columna, existían otras que también recibieron agresiones, pero por de diferentes motivos. Se decía que eran curativas y había fieles que arrancaban trozos para llevárselas a casa y curar a sus enfermos.
Historias y leyendas de la Mezquita-Catedral, que corren de boca en boca, generación tras generación.
Una vez ayunados los caracoles (48 horas por lo menos) procedemos a lavarlos. En un barreño o pila, echamos los caracoles con un poco de agua y mucha sal. Los lavamos muy bien cambiando el agua y la sal en varias ocasiones (2-3). Para finalizar, lavamos con agua sin sal, repitiendo el ultimo lavado varias veces, hasta que veamos que ya están limpios. Limpios y vivos, los colocamos en una olla, los cubrimos de agua y los ponemos a fuego lento. Cuando el agua vaya calentado, los caracoles irán gaiteando. Cuando veáis que están gaiteados, los asustáis subiendo el fuego y con el susto, quedaran gaiteados. Cuando empiecen a hervir, añadimos el hatillo con todos los ingredientes, mas el vino y la sal al gusto. Después, cocemos a fuego lento un par de horas y ya tendremos preparados nuestros caracoles, para sorber chuparnos los dedos.
CALLEJA DE LOS LINZONES VISTA DE LA CALLEJA DE LOS LINZONES VER VIDEO BLOG Soy Cordobés/a EDITOR Rafael Gómez Ruiz